¿Qué es la responsabilidad?
En el diccionario de la Real Academia Española son ofrecidas varias definiciones, de las cuales, he escogido tres para poder utilizarlas en el escrito de hoy.
1. Deuda, obligación de reparar y satisfacer, por sí o por otra persona, a consecuencia de un delito, de una culpa o de otra causa legal.
2. Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente.
3. Dicho de una persona: De posibles y digna de crédito.
Al mirar algunas de esas definiciones nos damos cuenta que cada una puede referirse a algo específico, pero alomejor no resuelve nuestra duda sobre este aspecto. Sin embargo, si buscamos la palabra responsable, hallamos definiciones que nos aclaran más las ideas. Por ejemplo:
1. Obligado a responder de algo o por alguien.
2. Dicho de una persona: Que pone cuidado y atención en lo que hace o decide.
La primera definición se refiere a una consecuencia de la cual una persona ofrece una respuesta o pasa por la consecuencia. La segunda definición es el significado de lo que hemos planteado. Esto último se podría relacionar con la palabra prevenir, aunque no signifique exactamente lo mismo.
Una vez que sabemos esto, la pregunta es: ¿Somos responsables? Y si lo somos, ¿de qué?
Hace muy poco el Espíritu Santo me llevó a reflexionar sobre lo que me había dado, donde me habia puesto, ¿estaba siendo responsable o más bien había salido de las situaciones comprometidas por su gracia? Esto es lo que me quiso hacer ver en aquella noche. Dios no va a permitir que lleves cargas que no puedas aguantar, pero tampoco te va a dar más de lo que no puedas hacerte responsable. Esto último puede ir relacionado con la parábola de los talentos que narra la biblia en el capítulo veinticinco de Mateo, los versiculos catorce al treinta; hubo dos hombres que fueron responsables y uno que no lo fue, y cada uno obtuvo esos frutos excepto uno, que no obtuvo nada.
Si hay algo, en lo que debemos ser responsables, es vivir en orden nuestra vida. En Proverbios 4:23 dice: Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida. Nosotros somos responsables de guardar nuestro corazón. ¿Cómo se hace? Bueno, yo puedo hablar por experiencia, y averigüé que guardando los consejos de Dios y de las personas que Él usa para hacernos llegar esos consejos a nosotros (líderes, pastores, personas de crédito como decía la segunda definición…). Hay muchas cosas en este mundo que pueden dañar nuestro corazón, pero somos nosotros los responsables muchas veces por abrir puertas que no debemos de abrir.
Es muy curioso, ver como en películas o en series de televisión, donde el protagonista es un superhéroe o un a figura cómica, no se le puede vencer ni quitar de en medio de otra forma que no sea atacando su corazón. Pondré dos ejemplos de estos personajes:
Spiderman. En la primera película (personajes de carne y hueso), el duende verde intenta quitarse de en medio a Spiderman; primero mantiene una lucha cuerpo a cuerpo, pero fracasa y termina huyendo, más adelante, mantiene una conversación con él, donde ataca su mente, intentando cambiar su forma de ver, ya que intenta convencerle de que la gente de su ciudad terminarían odiándole, pero tampoco resultó. Fue cuando una escena, en la que Norman Oscorp habla con el espíritu del duende, y le revela que la única forma de poder vencerle, es atacar su corazón. Cuando Peter Parker se da cuenta de que han atacado a su tía y, más adelante, al amor de su vida, es cuando más daño le produjo el duende a Spiderman.
Steve Urkel. Un personaje muy patoso y una forma de vestir la cual no es deseable de imitar. Sin embargo, tiene unos valores muy buenos y una fuerza mental muy fuerte. Una persona que vea la serie o la haya visto, se dará cuenta de que Steve no queda marcado porque los chicos del instituto se burlen de él o le hagan trastadas, pero si queda ofendido cuando Carl, Eddy o Laura le lanzan una ofensiva, puesto que son las tres personas que Steve más ama de toda la serie, o al menos, eso demuestra.
¿Impactante? A mi si me lo parece. Ya que no son dos ejemplos que uno pueda pensar, son cristianos, lo han hecho con ese propósito. ¡No! Ni la película ni la serie es cristiana, pero la palabra de Dios es inquebrantable.
En conclusión, debemos ser responsables de todo aquello que tenemos y en los lugares donde Dios nos ha puesto. Si no lo hacemos, podemos perder lo que tenemos, quedar marcados, marcar a otras personas y, de seguro, no tendremos lo que queremos.