lunes, 22 de agosto de 2011

¿Probar o Privar?

Fue en el mes de Abril o Mayo, no recuerdo bien, cuando ocurrió. Estábamos mis compañeros de clase y yo en el campamento "opcional" que hacíamos en la asignatura de Animación. Todos los días habían actividades programadas con su orden correspondiente pero, por las noches, cada uno estaba con permiso de hacer lo que quisiera, era tiempo libre, siempre y cuando no se molestara a "las buenas personas" que querían dormir. Ocurrió en la segunda noche, cuando se programó un botellón para toda la clase y, como podeis imaginaros, yo no fui y me quedé en mi cabaña. Para mi sorpresa, un compañero, que es amigo mío desde los 8 años, se quiso quedar conmigo y no ir al botellón. Fue muy sorprendente para mi ya que ese amigo le encantaba la fiesta y también beber de más, y empezamos una conversación.

Él me preguntó de primeras que si mi decisión de no ir nunca de fiesta con ellos ni tampoco participar de los botellones tenía que ver con que yo fuera cristiano. Mi respuesta fue un "si" rotundo, y ya le expliqué las razones, que vosotros conocéis de la palabra, cuando nos dice que no nos embriaguemos ni participemos de las actividades de ese mundo. A raíz de ahí, el Espíritu empezó a fluir en mi interior y habló a través de mi hacia mi amigo... La conversación derivó a muchas experiencias que él había tenido en discotecas y lugares de fiesta, y él mismo se dio cuenta mientras me lo contaba que la gran mayoría no eran demasiado buenas... Por otro lado, me contó cosas que había hecho las cuales no voy a decir, y menos aqui... y fue cuando le expresé si no se sentía mal o no le daba vergüenza cosas así, y él me respondió, que en esta vida hay que probarlo todo, a lo que yo contesté con la frase de mi estado (9-11-2010), hay cosas de las cuales podemos probar y otras de las que nos debemos privar... mi amigo al escuchar aquello se quedó bastante inquieto, nunca había escuchado tal cosa... parecía como un niño al que le acaban d enseñar a sumar.

Me alegro de aquella noche, porque, tuve una circunstancia muy fuerte, pero el Espíritu Santo me fortaleció de tal manera, que en un sitio sin salida, me mantuve firme y no me avergoncé de vivir como Dios dice que lo hagamos.

Bendiciones a todos... Recordad, nuestro testimonio nos da vida y es el cuadro que inconversos tienen para darse cuenta que Dios en una realidad y que cambia las vidas.

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