He visto varias veces como el libro de Proverbios resalta el refreno de la lengua, ya sea por el poder de las palabras o por la prudencia. El caso es: ¿Por qué unos pueden decir lo que quieren y otros no? ¿O es solo apariencia y en realidad obran malestar en la gente? A veces es difícil de prever debido a que la gente disimula muy bien. Ante eso, que pronto olvidamos los textos de Proverbios y actuamos por nuestra cuenta. Aunque se dice que las palabras se las lleva el viento, en realidad solo corren en nuestra contra, ya que las palabras malsonantes y ofensivas van a parar al corazón y quedan incrustadas ahí. Sin embargo, son las buenas las que se pierden en el aire, incluidos los pactos que hacemos con Dios, o también con amigos u otras personas... Esto último mencionado sería hacia el ser humano, porque para Dios no se queda en el aire.
Parece que, en muchas ocasiones, hay personas que pueden decir cosas que a ti te gustaría decir, y que el resto no responde de la misma forma que si fueras tú quien lo dijera. ¡¡Es totalmente falso!! Las personas se mueven de la forma que saben que se tienen que mover, pero el dolor, es el mismo.
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